Powered By Blogger

miércoles, 31 de marzo de 2010


PROYECCIONES

(Interrogantes arrogantes)


Proyecciones…. ¿Cuáles, ortogonales, diédricas, isométricas, holográficas o mentales… cómo no proyectar, cómo no soñar?

Me imagino muerta sin sueños.

O como una sombra, atrapada en su mundo exacto al milímetro, con código alfanumérico sólo reconocible por el sensor de la máquina ruin capaz de descifrarlo.
No hay modo de que auto-extermine mis sueños, como no lo hay que no esté despierta en este instante.

Es imposible para mí deshabitarlos, aunque me transporten a un país que aparentemente no existe y al que yo he visitado; y asevero que es posible palparlo, respirarlo... sentirlo.
A quién pueden inquietar, si son míos, privados. Me visitan cada noche, sin programa ni horario preestablecido, me sorprenden con su argumento y su banda de sonido. La fotografía es impecable ni el más hábil cineasta podría recrearla y son para mi disfrute. Ellos me nutren, me hidratan, me emborrachan de placer o de pánico, me llenan el vacío, me conectan con los sueños de otros, quién sabe….

Misteriosamente, y por una mágica conjunción, los viajantes oníricos se reúnen en un lugar común, en esa nación que fue creada por quienes son constructores de sueños y allí se encuentran en una suerte de espacio de diálogo, donde intercambian experiencias sobre las imágenes en movimiento, las emociones, los sonidos y sabores compartiéndose y brindándose aperturas que serían impensadas en otros espacios y tiempos.

¿Cuántas dimensiones hay, cuánto podemos sentir, que tan lejos podemos llegar, hacia adentro o hacia fuera de nuestro propio ser, alguien lo sabe? ¿Cómo descubrirlo si no es experimentándolo?

No lo sé, tal vez estoy desvariando, pero…
¿quién está del todo cuerdo, quién no ha volado alguna vez natural o artificialmente?, qué importa el modo.

Tengo la sensación que a lo mejor a vos no te guste verme así, recluida en mis sueños, quizás te sientas incómodo. Te percibo intentando evitar asumirte como un colaborador incondicional en el armado de los mismos. Te presumo agnóstico ya que para vos no vale la pena proyectar, cuando total nunca se van a realizar, ¡como si lo más importante fuera eso!

A lo mejor resulta que por tu necesidad de mirarte en un espejo que te devuelva tu imagen de persona buena, querés persuadirme para que me aleje de ese vos oscuro, el de tu ausencia eterna, de tu inconsistencia en el plano de lo real, aunque el más interesante; pero en mis sueños vas a estar siempre… vivo y cautivado o cautivo, hasta que yo decida soltarte.

¿Y si por esos giros del destino, resultaran no tan inverosímiles mis sueños, y si alguna pieza de esta absurda realidad se moviera, desencadenando una reacción paradójica y lo que se suponía que no podía ser, fuera. Y lo que no tenía ningún sentido entonces, ahora lo tiene; y si resulta que así como yo te he amado siempre despierta, vos me has estado amando dormido?

Suena poco lógico ya sé, ¿acaso los sueños lo son?, sería mejor olvidarlo todo, dejarlo así inconcluso, eternamente irresuelto, tal vez sería mejor no proyectar más. Quizás sería mejor dejar de respirar.