cuando la luz de luna nos baña, entramos en un mundo fantástico, emergen los símbolos guardados desde las profundidades de nuestra inconciencia.
martes, 13 de julio de 2010
RUMIO (ya sé que estoy pintada, piantada, piantada...)
Hubieras preferido no conocerme, al final terminé siendo una astilla hundida en tu carne, en un lugar que te incomoda, porque se nota.
Y vos para mi un despropósito, algo que no debí sentir, que no debo…
El lugar que cada uno eligió para el otro, un depósito de sueños, hermosos pero mudos, inmóviles y estériles.
El miedo ganó la partida. Juego de naipes sin ases bajo la manga, trampas de humo para mirarnos vencidos.
Los vencedores si los hay, perciben la cáscara brillante, porque dentro los espantan fantasmas, eternos y persistentes.
Tres de espadas, el naipe que lidera, es de corazones rotos, sangrantes como el durazno, atravesando con ellas el dolor para sanarlos, ojalá.
Me vuelvo hacia dentro, raspo paredes, descascaro, encuentro símbolos, el inicio de una ruta, aquí me paro y miro hacia el infinito.
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